Casi todo el mundo sabe de la existencia de esta bola- llamada en ingles Blackball- haya o no jugado al billar americano, que por aquellos lares denominan pool, al igual que soccer al fútbol. Total, cosas de otras latitudes lejanas.
Las bolas, se dividen en dos grupos : lisas, rayadas y la bola ocho, a la que inicialmente arropan las demás.
A mi, sin saber porquè, siempre me fascinó particularmente esta bola, aunque mi número preferido sea un numero impar: el siete.
No hay una explicación lógica para ello.Puede ser por el color negro diferencial con las otras bolas
Tan solo sé que en el citado juego de billar,la negra bola ocho, te puede hacer ganar la partida; o perderla. Así de fácil y de difícil, al mismo tiempo.
Como la vida misma. Una situación continuada de riesgo en la que te la estás jugando.
Cuando me planteé retomar la actividad bloguera, estaba pensando el título, ya que en el anterior, por mi nombre y apellidos podría tener ciertas connotaciones con la actividad periodística de mi hijo, con una fácil confusión entre ambos.
La verdad, es que no tengo claro de que voy a escribir; si de temas de actualidad (incluida la cofradiera) de opinión, de deportes, etc. Incluso incluir artículos de otros autores.
Si se; que necesito expresar lo que llevo dentro, aunque no tenga la capacidad literaria, que muchos disponen, como es el caso de mi hermana Rosa-María. Pero es una necesidad vital, Quizás a modo de supervivencia para mantener la mente activa y fresca dentro de lo posible. Una escritura terapéutica.
No se si tendré muchos o pocos seguidores; pero así es la filosofía del juego de la bola ocho : tienes que asumir el riesgo.
Y en ello estamos, mi bola, yo y mis circunstancias.
